Las patatas bravas son un plato típico de la cocina española, originario de la región de Madrid. Se cree que su origen se remonta a la década de 1960, cuando comenzaron a servirse en los bares de la capital española como una tapa o aperitivo.
La tradición de las patatas bravas consiste en servir patatas cortadas en forma de dados o cuñas, que luego se fríen hasta que estén crujientes por fuera y tiernas por dentro. Tradicionalmente, se sazonan con una salsa picante conocida como salsa brava, que está hecha a base de tomate, pimentón, ajo y picante.
El método de preparación de las patatas bravas implica cortar las patatas en trozos del tamaño deseado y luego freírlas en aceite caliente hasta que estén doradas y crujientes. Una vez fritas, se retiran del aceite y se escurren sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
La salsa brava se prepara mezclando tomate triturado, aceite de oliva, ajo picado, pimentón, sal y picante al gusto. Esta salsa se calienta en una sartén hasta que espese ligeramente y se vierte sobre las patatas fritas antes de servirlas.
Las patatas bravas se suelen acompañar de una variedad de salsas adicionales, como alioli (una salsa de ajo y aceite de oliva), mayonesa, salsa de tomate o incluso salsa de queso. También se pueden servir con una guarnición de aceitunas, pimientos del piquillo o incluso con huevos fritos.
Las patatas bravas es una de las tapas populares que se pueden encontrar en bares y restaurantes españoles. Son fáciles de preparar y el secreto está en su salsa, donde se concentra el sabor picante que las hace tan irresistibles.
Colocar las patatas en una olla, verter agua hasta cubrirlas y calentar a fuego fuerte hasta que comience a hervir.
Bajar la intensidad del fuego a medio y cocer las patatas durante 20 minutos. Colar las patatas y dejar que se enfríen a temperatura ambiente.
Picar la cebolla y los dientes de ajo. Sofreír ambos en una sartén con 4 cucharadas de aceite de oliva y una pizca de sal a fuego medio-alto.
Cuando la cebolla coja color, bajar a fuego medio, añadir el pimentón dulce y el pimentón picante. Remover durante 20 segundos y añadir la harina.
Remover durante 20 segundos más y verter el caldo de carne. Cocinar a fuego medio y removiendo hasta que se convierta en una especie de bechamel.
Verter la salsa en el vaso de la batidora y procesar hasta convertirla en una salsa fina y homogénea.
Pelar las patatas y cortar en cubos de tamaño mediano. Freír las patatas en una olla o freidora con abundante aceite caliente hasta dorar.
Emplatar las patatas fritas, añadir sal al gusto y regar con la salsa brava.
Se puede variar el grado de picante de la salsa brava. Por ejemplo, si la quieres más picante añade 4 cucharaditas de pimentón picante y 2 de dulce, o por el contrario, si la quieres menos picante, añade 4 cucharaditas de dulce y 2 de picante.