El puré de patatas es un plato que tiene sus orígenes en Europa, específicamente en la región de los Andes, donde las patatas son originarias. Se cree que los Incas ya preparaban una especie de puré de patatas en sus comidas.
La tradición del puré de patatas se ha mantenido a lo largo de los años, convirtiéndose en un acompañamiento muy popular en la cocina de muchos países, especialmente en Europa y América del Norte.
El método de preparación del puré de patatas es bastante fácil. Primero, se pelan y se cortan las patatas en trozos grandes. A continuación, se cuecen en agua hirviendo con sal hasta que se vuelvan tiernas. Una vez cocidas, se escurren y se machacan con un tenedor o se pasan por un pasapurés hasta obtener una consistencia suave y sin grumos. A continuación, se añade mantequilla y leche caliente, y se mezcla todo hasta obtener una textura cremosa, luego se añade sal y pimienta al gusto.
El puré de patatas se puede acompañar con una gran variedad de platos. Es común servirlo como guarnición de carnes como el pollo, el pavo o el cerdo. También se puede servir como base para platos como el pastel de pastor, las croquetas de patata o los buñuelos de patata. Además, se puede añadir queso, beicon, cebollas caramelizadas u otras especias para darle un toque de sabor extra.
El puré de patatas es todo un básico de cocina que resulta perfecto como acompañamiento o guarnición de otros platos de carnes, verduras y pescados. Con esta receta casera lo puedes hacer de forma fácil, quedando bien cremoso y mucho más rico que las versiones industriales en copos.
Pelar las patatas, lavarlas y cortarlas en trozos grandes.
Cocer durante 15 minutos las patatas en una olla con abundante agua hirviendo que las cubra.
Escurrir bien las patatas y ponerlas en un bol o recipiente amplio junto con la mantequilla.
Machacar las patatas con la ayuda de un tenedor hasta conseguir una mezcla homogénea.
Añadir la sal y la leche templada. Mezclar bien con el tenedor y servir caliente previamente espolvoreado con pimienta al gusto.