Los Huesos de Santo son un dulce típico de la gastronomía española, especialmente asociado con la festividad de Todos los Santos, que se celebra el 1 de noviembre. Se trata de unos cilindros de mazapán rellenos de dulce de batata o cabello de ángel y cubiertos con un glaseado de azúcar glas.
El origen se remonta a la Edad Media, cuando se comenzaron a celebrar los días de Todos los Santos y de los difuntos. En esa época, se acostumbraba a llevar comida a las tumbas de los seres queridos como ofrenda. El mazapán, hecho a base de almendra y azúcar, se convirtió en uno de los ingredientes más utilizados en estos dulces, debido a su larga conservación y sabor dulce.
En la actualidad se siguen elaborando de manera artesanal en muchas pastelerías. Se suelen consumir durante el mes de noviembre, y se consideran un postre que debe estar siempre presente para estas fechas tan señaladas.
Este delicioso dulce se puede disfrutar sólo, o los puedes acompañar con una taza de chocolate caliente, un café o un té de tu elección. Además, si deseas darle un toque aún más especial, puedes espolvorearlos con azúcar glas antes de servir o bañarlos en un glaseado para asegurar su durabilidad.
En cuanto al maridaje, los Huesos de Santo son perfectos para combinar con vinos dulces como el Pedro Ximénez o con un moscatel, ya que se complementan a la perfección y se disfruta mejor!.
Huesos de Santo
Los Huesos de Santo son un postre tradicional que no puede faltar en la celebración de Todos los Santos. En esta receta te muestro cómo puedes hacerlos en casa fácilmente para disfrutarlos con toda la familia.
Huesos de Santo
Cómo hacer los huesos de santo
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Preparación del mazapán
En un recipiente, mezclar el azúcar glas con la almendra molida con ayuda de una espátula, hasta que estén integrados.
Añadir las claras de huevo y batirlas bien hasta que espumen.
Agregar en varios pasos las claras e ir mezclando hasta que la masa se vuelva manejable.
Terminar de amasar en la superficie de la mesa y dejar reposar durante 30 minutos en el refrigerador.
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Formar los huesos
Espolvorear la mesa con azúcar glas, cortar la masa en varias porciones e ir estirándolas con un rodillo dejando un grosor de 2 mm.
Pasar un rodillo de muescas o marcar con un palillo de brochetas para señalar las rallas.
Cortar tiras con un cuchillo de unos 6 cm de ancho y 7 cm de altura.
Colocar los trozos cortados de la masa sobre un palo de cuchara o palito grueso para darle la forma de tubo.
Puedes encontrar moldes especiales para Huesos de Santo en tiendas de repostería o utilizar moldes de silicona con forma de tubo.
Sellar con un poco de agua para cerrar y seguir con el resto de la masa hasta terminar todos los huesos. Reservarlos de pie para que se sequen durante dos horas.
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Preparación del relleno y montaje
Poner en un bol la almendra molida, añadir el azúcar, unas cucharadas de moscatel y la yema. Mezclar y pasarla a una manga pastelera desechable con boquilla pequeña.
Rellenar y cuando salga por el otro extremo retirar.
Dejar reposar durante unas horas en la nevera para que adquieran consistencia.
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Glaseado final
Poner 5 cucharadas de azúcar glas en un bol, añadir dos cucharadas de zumo de limón y añadir poco a poco el agua, remover hasta conseguir una consistencia semilíquida.
Mojar todos los huesos y dejarlos escurrir sobre una rejilla. Pasarlos después a un plato y esperar a que se sequen hasta el día siguiente para poderlos disfrutar!.
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